Astrónomos predicen una colisión titánica entre la Vía Láctea y la galaxia de Andrómeda
15 de junio de 2012: Astrónomos de
la NASA afirman que ahora pueden predecir con certeza el próximo evento
cósmico importante que afectará a nuestra galaxia, al Sol y al sistema
solar: la colisión titánica entre nuestra galaxia, la Vía Láctea, con la
vecina galaxia de Andrómeda.
La Vía Láctea esta destinada a sufrir un gran cambio en su
apariencia durante el encuentro, el cual se predice que tendrá lugar
dentro de cuatro mil millones de años. Es probable que el Sol sea
arrojado hacia una nueva región de nuestra galaxia, pero la Tierra y el
sistema solar no están en peligro de ser destruidos.
"Después de casi un siglo de especulaciones sobre el destino de la
galaxia de Andrómeda y de nuestra Vía Láctea, por fin tenemos una
imagen clara de cómo se desarrollarán los eventos en los próximos miles
de millones de años," dice Sangmo Tony Sohn, del Instituto de Ciencia
del Telescopio Espacial (Space Telescope Science Institute ó STScI, por
su sigla en idioma inglés), ubicado en Baltimore.
"Nuestros hallazgos son estadísticamente compatibles con una
colisión frontal entre la galaxia de Andrómeda y nuestra galaxia, la Vía
Láctea", añade Roeland van der Marel, del STScI.
La solución llegó a través de meticulosas mediciones, hechas por el
Telescopio Espacial Hubble, de la NASA, del movimiento de la galaxia de
Andrómeda, que también es conocida como M31. La galaxia se encuentra
ahora a una distancia de 2,5 millones de años luz, pero está cayendo
inexorablemente hacia la Vía Láctea por la atracción gravitacional mutua
entre las dos galaxias y la materia oscura invisible que las rodea.
El escenario es como cuando un bateador de béisbol ve una bola que
se acerca en dirección recta. A pesar de que la galaxia de Andrómeda se
aproxima a nosotros más de 2.000 veces más rápido que una bola que se
acerca en dirección recta, transcurrirán 4 mil millones de años antes de
que nos golpee. Las simulaciones realizadas por computadora, que se
confeccionaron a partir de los datos proporcionados por el telescopio
Hubble, muestran que a las galaxias en interacción les tomará un período
adicional de dos mil millones de años después del encuentro para
fusionarse por completo bajo el tirón de la gravedad y formar una única
galaxia elíptica similar a las que se ven comúnmente en el universo
local.
A pesar de que las galaxias chocarán una contra la otra, las
estrellas que hay dentro de cada galaxia están tan separadas que no
colisionarán con otras estrellas durante el encuentro. Sin embargo, las
estrellas serán arrojadas hacia diferentes órbitas alrededor del nuevo
centro galáctico. Las simulaciones muestran que nuestro sistema solar
probablemente sea lanzado mucho más lejos del núcleo galáctico que lo
que se encuentra hoy en día.
Para complicar aún más las cosas, una pequeña compañera de M31, la
galaxia del Triángulo, también llamada M33, se unirá en el choque y
quizás más adelante se fusione con el par M31/Vía Láctea. Hay una
pequeña posibilidad de que M33 llegue a la Vía Láctea en primer lugar.
Hace un siglo, los astrónomos no se dieron cuenta de que M31 era
una galaxia diferente, mucho más allá de las estrellas de la Vía Láctea.
Edwin Hubble midió la inmensa distancia gracias al descubrimiento de
una estrella variable que sirvió como un "cartel marcador de distancias"
en una carretera.
Hubble llegó a descubrir el universo en expansión donde las
galaxias se alejan de nosotros, pero se sabe desde hace mucho tiempo que
M31 se está moviendo hacia la Vía Láctea a unos 400.000 kilómetros por
hora (250.000 millas por hora). Eso es lo suficientemente rápido como
para viajar de aquí hasta la Luna en una hora. La medición se realizó
utilizando el efecto Doppler, que es un cambio en la frecuencia y en la
longitud de onda de las ondas producidas por una fuente en movimiento
respecto de un observador, para medir cómo la luz de las estrellas en la
galaxia ha sido comprimida por el movimiento de la galaxia de Andrómeda
hacia nosotros.
Anteriormente, no se sabía si el encuentro en el futuro distante
sería fallido, o si se trataría de un golpe rasante o de una colisión de
frente. Esto depende del movimiento tangencial de M31. Hasta ahora, los
astrónomos no habían podido medir el movimiento lateral de M31 en el
cielo, a pesar de los intentos hechos desde hace más de un siglo. El
equipo del Telescopio Espacial Hubble, dirigido por Van der Marel, ha
llevado a cabo observaciones extraordinariamente precisas del movimiento
lateral de M31, las cuales disipan cualquier duda de que está destinada
a colisionar y a fusionarse con la Vía Láctea.
"Esto se logró al observar repetidamente determinadas regiones de
la galaxia durante un período de cinco a siete años", dice Jay Anderson,
del STScI.
"En una simulación del peor escenario, M31 choca contra la Vía
Láctea de frente y las estrellas son esparcidas en diferentes órbitas",
añade Gurtina Besla, de la Universidad de Columbia, en Nueva York, N.Y.
"Las poblaciones estelares de ambas galaxias se empujan y la Vía Láctea
pierde su forma aplanada, como la de un panqueque, con la mayoría de las
estrellas en órbitas casi circulares. Los núcleos de las galaxias se
fusionan y las estrellas se establecen en órbitas aleatorias para crear
una galaxia de forma elíptica".
Las misiones del transbordador espacial que cumplen servicios para
el telescopio Hubble llevaron a cabo una actualización con cámaras cada
vez más potentes, las cuales dieron a los astrónomos el tiempo
suficiente como para hacer las mediciones críticas necesarias para
detectar claramente el movimiento de M31. Las observaciones efectuadas
por el telescopio Hubble y las consecuencias de la fusión se presentan
en tres artículos que aparecerán en una próxima edición de la revista
científica Astrophysical Journal.
Fuente: http://ciencia.nasa.gov/ciencias-especiales/31may_andromeda/