miércoles, 11 de julio de 2012

El Hubble descubre la quinta luna de Plutón





El mítico Telescopio Espacial Hubble ha hecho posible otro gran hallazgo astronómico: el descubrimiento de una nueva luna que orbita Plutón, la quinta que se detecta en torno a este ex planeta, que en 2006 fue rebajado a la categoría de Planeta Enano.
Según informa la NASA en un comunicado, la nueva luna tiene una forma irregular y una extensión de entre 10 y 25 kilómetros desde un extremo a otro. En las imágenes enviadas por el Hubble, la luna se ve como una pequeña mota blanca, y los astrónomos calculan que realiza una órbita alrededor de Plutón con un diámetro de 95.000 kilómetros, en el mismo plano que los otros satélites del planeta enano.
A los investigadores de la agencia espacial les ha sorprendido que un astro tan pequeño como Plutón tenga un sistema tan complejo de satélites. El nuevo hallazgo proporciona nuevas claves para comprender cómo se formó y evolucionó el planeta enano y sus lunas.
La teoría con más peso entre los expertos es que las lunas de Plutón son los restos de una colisión entre el planeta enano y otro objeto del el Cinturon de Kuiper, en los confines del Sistema Solar, hace miles de millones de años. Caronte, la luna más grande de Plutón, se descubrió en 1978. Las observaciones del Hubble desvelaron en 2006 la existencia de otras dos pequeñas lunas, Nix e Hidra y otro satélite, conocido como P4, también fue detectado por el telescopio espacial en 2011.


La quinta luna recién descubierta se ha denominado de momento como P5, y fue detectada por una de las cámaras del Hubble en múltiples imágenes obtenidas en las últimas semanas, a finales de junio y principios de julio.
La sonda News Horizonts de la NASA se encuentra en estos momentos viajando rumbo a Plutón, y está previsto que llegue a su destino en 2015, para obtener las primeras imágenes detalladas del planeta enano y sus lunas. Este sistema es tan diminuto, y se encuentra tan lejos, que incluso un telescopio tan potente como el Hubble sólo puede captar algunos pequeños detalles de su superficie.

Fuente:  

El Mundo. Aportado por Eduardo J. Carletti